La metodología Montessori es una forma de entender la educación que se enfoca en el desarrollo de la independencia, la autonomía y la autoestima en los niños.
La filosofía de Montessori o educación María Montessori, se basa en la creencia de que los niños son naturalmente curiosos y activos, y que aprenden mejor a través de experiencias prácticas y sensoriales.
En la primera infancia (0-3 años), el método educativo Montessori se centra en fomentar la independencia del niño en su entorno cotidiano. Esto se logra a través de la creación de un ambiente preparado que es seguro, ordenado y atractivo para el niño/a.
El ambiente debe estar diseñado para que el niño pueda explorar y experimentar de forma independiente, lo que les permite desarrollar habilidades motoras, cognitivas y emocionales.
Las tres herramientas clave de Montessori para fomentar la independencia
Una de las herramientas clave utilizadas en la educación Montessori para fomentar la independencia en los niños pequeños es el “trabajo”, que se refiere a las actividades prácticas que se les ofrecen a los niños.
Estos trabajos están diseñados para permitir al niño/a realizar tareas cotidianas de manera independiente, como vestirse, comer, cuidar de sí mismo y de su entorno. Los trabajos también fomentan el desarrollo de habilidades motoras finas y gruesas, la coordinación ojo-mano y la concentración.
Además de los trabajos, la metodología Montessori también se centra en el desarrollo de la autonomía y la autoestima del niño/a. Los infantes aprenden a tomar decisiones y a resolver problemas por sí mismos, lo que les da un sentido de control y responsabilidad sobre su entorno.
También se les anima a participar en actividades en grupo, lo que fomenta el desarrollo social y emocional.
Otra característica importante del sistema educativo Montessori es la importancia que se da al respeto por la infancia. Los educadores Montessori ven al niño/a como un individuo capaz y único, y se esfuerzan por comprender y satisfacer sus necesidades individuales.
Se les da a los niños el tiempo y el espacio para trabajar a su propio ritmo, lo que les permite desarrollar su independencia y autoestima a su manera.
¿Cómo crear un ambiente Montessori preparado?
Os daremos algunas pautas para crear un ambiente preparado que fomente la independencia en los niños según la metodología Montessori:
Espacio físico Montessori
El espacio físico debe ser seguro, ordenado y atractivo para el niño. Se debe garantizar que el niño tenga un espacio de trabajo y juego que sea adecuado para su edad y tamaño. Se pueden utilizar estanterías bajas para colocar juguetes y materiales didácticos al alcance del niño y en lugares accesibles.
Materiales didácticos
Los materiales didácticos deben estar diseñados para que el niño pueda explorar y experimentar de manera independiente. Los materiales deben ser adecuados para la edad y el nivel de desarrollo del niño, y se deben proporcionar diferentes tipos de materiales para fomentar el aprendizaje sensorial, motor y cognitivo.
Mobiliario adecuado Montessori
El mobiliario debe estar diseñado para que el niño pueda utilizarlo de manera independiente. Los muebles deben ser a su medida y de fácil acceso.
Organización del espacio
Es importante que el espacio esté organizado de manera que el niño pueda encontrar y utilizar los materiales y objetos con facilidad.
Ambiente tranquilo y ordenado
El ambiente Montessori debe ser tranquilo y ordenado para fomentar la concentración y el enfoque. Se deben evitar distracciones innecesarias y se debe mantener el espacio ordenado y limpio para fomentar el respeto por el entorno.
Participación del infante
El niño/a debe ser parte activa en la creación y organización de su espacio. Se le puede involucrar en la elección de materiales y en la organización de su espacio, lo que le dará una sensación de control y responsabilidad sobre su entorno.
La metodología Montessori es una forma única y efectiva de fomentar la independencia en la primera infancia.
Al crear un ambiente seguro y preparado y proporcionar trabajos prácticos y actividades en grupo, los niños pequeños pueden desarrollar habilidades motoras, cognitivas y emocionales importantes.
También aprenden a tomar decisiones y a resolver problemas por sí mismos, lo que les da un sentido de control y responsabilidad sobre su entorno.