Según datos de la Asociación Española de Psiquiatría del Niño y Adolescente (APENyA, 2010), el TDAH afecta del 2% al 12% de la población pediátrica mundial.
El TDAH es uno de los trastornos del neurodesarollo más frecuentes en la infancia y la adolescencia. Una de las principales causas son el fracaso escolar y la incapacidad para mantener y desarrollar relaciones sociales. No todos los niños con este trastorno manifiestan los mismos síntomas y con la misma intensidad.
EL TDAH es un trastorno que se caracteriza por tener dificultades para mantener la atención, por hiperactividad o exceso de movimiento, y por impulsividad o dificultades en control de los impulsos. Estos son algunos de los síntomas más comunes:
Hiperactividad
1. Exceso de movimiento en momentos en los que no resulta adecuado.
2. Dificultad para permanecer quieto cuando la ocasión lo exige.
3. Hablar en exceso.
4. Hacer ruidos durante actividades tranquilas.
5. Dificultad para estar relajado.
Impulsividad
1. No piensa antes de actuar.
2. Es impaciente.
3. Suele tener conflicto con los adultos.
4. Interrumpe constantemente.
Inatención
1. Dificultades para mantener la atención en tares que suponen un esfuerzo mental sostenido.
2. Dificultad para escuchar, seguir órdenes e instrucciones y para organizar tareas y actividades.
3. Tendencia a los olvidos y pérdida de objetos.
4. Distraerse con facilidad y pasar de una actividad a ostra sin concluirlas.
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