5 Consejos prácticos para familias y profesionales preocupados por el uso de las tecnologías en menores
En la era digital en la que vivimos, las pantallas se han convertido en una parte integral de nuestras vidas. Los niños y adolescentes son nativos digitales, creciendo rodeados de dispositivos electrónicos. Si bien las tecnologías pueden ser herramientas poderosas para la educación y el entretenimiento, también plantean desafíos para las familias y educadores.
En el ámbito educativo, las tecnologías pueden proporcionar recursos educativos interactivos, sin embargo, junto con los beneficios, también surgen desafíos para las familias y educadores. Uno de los principales es el control del tiempo que pasan frente a las pantallas. El acceso ilimitado a dispositivos electrónicos puede llevar a un uso excesivo y desequilibrado, lo que puede tener un impacto negativo en el tiempo dedicado a otras actividades importantes. Además, el contenido al que están expuestos en línea puede plantear preocupaciones en términos de seguridad y bienestar. Existen riesgos como el ciberacoso, la exposición a contenido inapropiado y la interacción con extraños en línea.
Otro desafío es la posible dependencia de las tecnologías. El uso excesivo de las pantallas puede llevar a una falta de equilibrio en la vida de los niños, afectando su desarrollo emocional, social y físico.
Os presentamos unos consejos prácticos para ayudar a las familias y profesionales a gestionar de manera efectiva el uso de la tecnología en los más jóvenes.
1.- Establecer límites claros y fomentar el uso responsable:
Es esencial establecer límites claros en el tiempo que los menores pasan frente a las pantallas. Establezca horarios y reglas específicas sobre cuándo y cómo se pueden utilizar los dispositivos electrónicos. Estos límites deben adaptarse a la edad de los niños y asegurarse de que haya un equilibrio saludable entre el tiempo de pantalla y otras actividades importantes, como el tiempo en familia, la actividad física y el juego al aire libre.
Educar a los niños sobre el uso responsable de las pantallas es fundamental. Reflexionar sobre la importancia de la privacidad en línea, el respeto a los demás y la verificación de la información antes de compartirla. Promueva la conciencia de los riesgos potenciales y cómo protegerse, como evitar el ciberacoso o el contacto con extraños en línea.
2.- Participación activa y supervisión:
Los padres y educadores deben involucrarse activamente en el uso de las pantallas por parte de los menores. Esto implica supervisar y guiar sus actividades en línea, así como estar al tanto de los contenidos a los que están expuestos. Conoce las aplicaciones y sitios web que utilizan sus hijos y, explorar juntos las opciones más seguras y educativas. Establecer un ambiente de confianza para que los niños se sientan cómodos al hablar sobre sus
experiencias en línea.
3.- La diferencia entre el cibermundo y la realidad:
El cibermundo y la realidad física son dos esferas distintas que coexisten en nuestras vidas digitales. Por un lado, internet ofrece una imagen bastante alejada de la realidad y presenta referentes y objetivos que, en muchas ocasiones, son poco accesibles. Y entonces, ¿qué ocurre cuándo no se consiguen alcanzar estos méritos? En ocasiones nos podemos encontrar con problemas de autoestima, relaciones interpersonales más complejas, frustración y/o ansiedad.
La realidad física nos brinda experiencias sensoriales ricas, interacciones auténticas, un impacto emocional más profundo y una mayor conciencia del tiempo y el contexto. Es importante encontrar un equilibrio saludable entre ambos ámbitos, aprovechando los beneficios de cada uno mientras mantenemos una conexión significativa con el mundo real.
4.- Fomentar el equilibrio y la variedad:
Es importante promover un equilibrio saludable entre el tiempo de pantalla y otras actividades en la vida de los menores. Animar a los niños y niñas a participar en actividades al aire libre, lectura, arte y deportes. Proporcionar una variedad de experiencias enriquecedoras que les permitan desarrollar habilidades sociales, cognitivas y físicas, fuera del ámbito digital.
5.- Modelar un buen ejemplo:
Los adultos desempeñan un papel crucial en la enseñanza de hábitos saludables relacionados con el uso de las pantallas. Ser un modelo a seguir al utilizar las tecnologías de manera equilibrada y consciente. Limitar su propio tiempo de pantalla y participar en actividades familiares sin dispositivos electrónicos. Esto transmitirá a los niños y niñas la importancia de encontrar un equilibrio adecuado en el uso de las pantallas.