Se habla de conducta suicida cuando la persona presenta algún grado de intención de poner fin a su vida. Esta intención de ponerle fin es el único elemento que permite identificarla.
Por tanto, la conducta de intención suicida se establece como objetivo de cualquier intervención, sea clínica, de acompañamiento familiar o social, formal o informal. Esa intención de poner fin a la propia vida evoluciona en un proceso gradual, de menor a mayor gravedad.
¿Por qué ha aumentado la conducta suicida en niños y adolescentes?
Los efectos de la pandemia de la Covid-19 incrementan los factores de riesgo del suicidio: el aislamiento social, y el impacto económico y social.
Esta situación ha supuesto la disrupción de la vida de millones de personas y está teniendo una fuerte repercusión en la salud mental de la ciudadanía, especialmente en la población infantil y juvenil.
Debido al alarmante subida de la tasa de suicidio en la población adolescente, los departamentos de Salud y Educación han presentado la “Guía para el abordaje de la conducta suicida y de las autolesiones no suicidas en el centro educativo“.
Se recogen las orientaciones sobre cómo actuar de forma coordinada entre los agentes educativos y de salud ante una verbalización de intencionalidad suicida, de una tentativa o del suicidio propiamente dicho, y también cuando se detecten autolesiones.
Cómo prevenir y observar desde los centros educativos
La prevención del suicidio en los centros educativos es una responsabilidad importante y requiere un enfoque amplio y multifacético. Los centros educativos son buenos observatorios para detectar y prevenir el malestar emocional en relación a la conducta suicida.
Por eso la Guía recoge diferentes orientaciones sobre cómo actuar de forma coordinada entre los agentes educativos y de salud ante una verbalización de intencionalidad suicida, de una tentativa o del suicidio propiamente dicho.
También hay orientaciones sobre cómo actuar ante las autolesiones no suicidas. El documento busca que el docente, en caso de que detecte cualquiera de las circunstancias descritas, sepa cómo acompañar al alumno afectado. También, debe conocer cuál es el circuito de actuación y comunicación que necesita seguir, implicando al equipo directivo del centro y los profesionales de salud, y en contacto con la familia del menor.
Algunas medidas para prevenir la conducta suicida en el aula
Algunas medidas que pueden ayudar a trabajar la prevención del suicidio en los centros educativos incluyen:
- Promover el bienestar emocional y mental de los estudiantes: Esto puede incluir ofrecer programas de apoyo emocional, como terapias o grupos de apoyo, o promover la importancia de la salud mental y el autocuidado.
- Fomentar el diálogo y la comunicación abierta: Es importante fomentar un ambiente de confianza y aceptación en el que los estudiantes se sientan cómodos hablando de sus sentimientos y preocupaciones.
- Proporcionar recursos y orientación: Los estudiantes necesitan saber dónde pueden encontrar ayuda y apoyo, por lo que es importante proporcionar información sobre recursos disponibles, como líneas de ayuda telefónica o servicios de terapia.
- Promover un ambiente de apoyo: Los estudiantes necesitan sentirse apoyados por sus pares y por el personal de la escuela. Es importante fomentar un ambiente en el que los estudiantes se sientan seguros y conectados con los demás.
- Sensibilizar a la comunidad: La prevención del suicidio es una responsabilidad compartida por todos en la comunidad educativa. Es importante sensibilizar a todos los miembros de la comunidad sobre cómo identificar y apoyar a los estudiantes que puedan estar en riesgo de suicidio.
Es importante tener en cuenta que la prevención del suicidio es un esfuerzo de equipo y requiere la colaboración y el apoyo de todos en la comunidad educativa.
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