¿El líder nace o se hace?
Liderazgo pedagógico es tomar decisiones. Es mirar al futuro teniendo información que te hace pensar y sentir temor. Es saber cuándo y en quién confiar, y es proponer cosas dominando tu miedo.
Es sopesar las cosas –mucho antes de hacerlas– y, sin embargo, tomar decisiones siguiendo tu intuición, tus valores y tu convicción. Es tener que decidir rápido cuando es esencial, asumiendo el riesgo de la premura.
Liderazgo pedagógico es tener nóminas e incluso pagar la tuya propia. Hay expertos que saben mucho sobre el tema, pero no tienen empleados a su cargo. Es un liderazgo acaso más de boca que de manos.
Liderazgo es hacer más que teorizar y es hacerlo bien cuando nadie te ve y ejecutar y llevar las tareas a cabo, por encima de todas las cosas, en el lugar más complicado: tu propia vida.
Es dar ejemplo y hacer lo correcto, aunque algunos no lo entiendan. Es hacer tortillas, sabiendo que tienes que romper huevos.
¿Qué es el liderazgo pedagógico?
Es intentar comprender, aunque no tengas todos los datos y, sin embargo, tomar decisiones. Es escoger qué hacer y, a la vez, desechar. Es rellenar huecos. Intuir lo que no se ve. Crear confianza. Hacer crecer.
Liderazgo pedagógico es buscar algo más grande que uno mismo y practicar cada día este pensamiento clave:
“Quien no vive para servir no sirve para vivir”
Muchas veces, no tiene recompensa y exige la grandeza más difícil: la invisible
Liderazgo va de servir, aunque no seas comprendido. Es, a veces, mandar, y otras, delegar, e intentar acertar cuándo toca una cosa u otra.
Es honrar los valores de tu familia y de los que, inevitablemente, te tienes que separar para crecer elaborando tu propia propuesta. Es asumir un equipo y hacerlo lo mejor posible, con artesanía, innovación y creatividad.
Liderazgo efectivo es el de la ciencia, los datos y el Excel. Pero hay un liderazgo afectivo indispensable, humano, que incluye la autenticidad y el sentido.
Liderazgo pedagógico es llorar en silencio y reír, si es posible, en compañía. Es buscar la grandeza en medio de la nada y no creerse los halagos. Es una pregunta a la que tienes que responder, con tus actos, tus valores y tus convicciones, cada día.
Es superar el cansancio siempre. Muchas veces, no tiene recompensa y exige la grandeza más difícil: la invisible. Liderazgo es pensar, preguntarte y escucharte en soledad.
Y contestarte, cuando nadie te ve ni te oye, si estás haciendo lo correcto. Liderazgo pedagógico es grandeza y soledad.
*Abstract del texto “Liderazgo” de Jordi Nadal
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