El TEA es un trastorno del neurodesarrollo que afecta a las habilidades sociales, comunicativas, emocionales y a la conducta. La prevalencia se sitúa en torno al 1%. 

La evidencia científica demuestra como la intervención temprana mejora el pronóstico de las personas TEA. Es decir, el inicio precoz de una intervención minimiza el impacto que puede tener este diagnóstico sobre la calidad de vida del niño y de su entorno. Por un lado, se deben tener en cuenta las intervenciones que cuentan con mayor evidencia científica. Por otro lado, es fundamental tener presente el hecho de que los pensamientos, emociones y conductas de los familiares y educadores de alumnado con TEA tienen un impacto directo sobre la evolución de las personas con esta condición. Y por lo tanto, diseñar intervenciones considerando estos aspectos.

El diagnóstico TEA

Cualquier persona que recibe un diagnóstico, ya sea de un resfriado común o de una patología crónica, lo que más desea al salir de la consulta es disponer de herramientas para abordar dicho diagnóstico. 

Ante un diagnóstico de TEA no disponemos de un tratamiento farmacológico concreto, ni de una pauta conductual específica que mejore inequívocamente la sintomatología que caracteriza a este trastorno. 

El abordaje del TEA

El abordaje del TEA es cognitivo y conductual, en el sentido de que se basa, primero en comprender el funcionamiento del cerebro de las personas con esta condición y, luego, en la actuación conductual a través de diferentes modalidades de intervención, para optimizar su calidad de vida. En consecuencia, resulta fundamental entrenar al cerebro del adulto en comprender y acompañar el cerebro del niño, del adolescente o del adulto con TEA. 

Saber tratar a las personas con TEA, de acuerdo a sus características, es la mejor manera de ayudarlas a alcanzar la mejor versión de sí mismas. Para ello, es fundamental ser conscientes del impacto que tiene nuestra manera de pensar, sentir y actuar sobre la manifestación y evolución del TEA.

• Entender qué implica un TEA en la persona que lo presenta y en su entorno (familia, escuela, etc).
• Reflexionar sobre el papel de la familia y la escuela en la evolución de las personas con TEA.
• Reflexionar sobre el papel del TEA en la evolución y respuesta dada por familias y educadores. 
• Conocer herramientas y orientaciones prácticas para el manejo de las conductas asociadas al TEA en casa y en la escuela.

• Docentes y profesionales de la educación que quieran formarse sobre la atención a las necesidades específicas de su alumnado.
• Profesionales de la psicología, psicopedagogía, logopedia, etc. que quieran compartir con otros profesionales su práctica clínica.
• Estudiantes de pedagogía, psicopedagogía, psicología, magisterio, etc. que quieran iniciar su formación en la práctica clínica.
• Familias o personas que esten en contacto con personas con trastornos del neurodesarrollo y quieran desarrollar estrategias y herramientas para mejorar la intervención en el contexto familiar.

• Infantil
• Primaria
• Secundaria