Ser conocedores de las diferentes DEA’s, de sus similitudes, diferencias y comorbilidades, nos permitirá ser competentes en la detección precoz, tanto en la escuela como en el hogar, evitando las tan negativas consecuencias emocionales que desencadenan trastornos de este tipo. Conoceremos protocolos de detección que nos permitirán analizar la información de forma exhaustiva, para poder realizar una adecuada derivación que nos permita confirmar o refutar la impresión del profesorado o la familia.
En referencia al diagnóstico, debemos desterrar la idea de que éste es una etiqueta. El diagnóstico individual, es la herramienta más útil que tenemos de análisis a nivel neuropsicológico y lingüístico, y el que nos va a permitir determinar qué perfil de potencialidades y debilidades tiene la persona en cuestión, para así abordar de manera óptima la intervención, de una forma totalmente personalizada.
La intervención, se centrará en la metodología de aprendizaje que precisa un niño con DEA para aprender de forma significativa, trabajando a través de sus destrezas, y mejorando rendimiento sin tener que realizar tanto esfuerzo. Conoceremos a su vez los recursos del aula, así como los apoyos en la adaptación de exámenes y material, y las adaptaciones no significativas que son necesarias, para ponerlo en igualdad de condiciones. Paralelamente, abordaremos el tema de los deberes, trabajos y exámenes en el ámbito familiar, así como el papel que tienen los padres en la compensación emocional ante la exigencia escolar, dotándoles de estrategias de comunicación, con el fin último de evitar las dificultades relacionales que se establecen y que afectan al vínculo entre padres e hijos.